lunes, 27 de abril de 2015


ESPAÑA, PAÍS DE PÍCAROS FAMOSOS Y DE PRESUNTOS TRINCADORES DE OFICIO.

BREVE REFLEXIÓN POLÍTICA EN CLAVE DE SARCÁSTICA E IRÓNICA PARODIA. 

Por Antonio José Parafita Fraga, escritor y comentarista de temas sociales y políticos. Del Blog VERBO SUELTO del autor, cuyo enlace es:  www.verbosuelto.blogspot.com

Por Antonio José Parafita Fraga, escritor y comentarista de temas sociales y políticos. Del Blog VERBO SUELTO del autor, cuyo enlace es: www.verbosuelto.blogspot.com

Pero, eso sí, los presuntos trincones han puesto un especial esmero en utilizar  artificiosas formas  y sofisticados modos de proceder en sus actuaciones públicas. Por lo que, en la mayoría  de los casos, se pueda ver a estos individuos con muy buen aspecto físico, pletóricos, exultantes, sonrisa puesta y luciendo corbata de marca, dando toda la impresión de que, con sus buenas trazas, quieren transmitir este mensaje: al menos, nadie podrá quejarse de nuestra falta de clase. Dicho lo cual, y para comprender la razón de ser y el trasfondo de esta sarcástica e irónica parodia, el lector debe clicar o pinchar el enlace, en color azul, al final del segundo párrafo, y se encontrará con una reprobable y escandalosa información sobre la actuación, presuntamente corrupta, de dos ex altos cargos del PSOE.

El autor, partiendo de la referida noticia, ha elaborado y publicado este comentario en clave de irónico sarcasmo,   como un modo distinto de intentar conseguir que los lectores en particular y los ciudadanos en general se pongan a pensar serenamente en la magnitud y alcance de las tropelías e inmoralidades cometidas por determinados responsables políticos y sociales. Asimismo, este comentarista pretende que toda la ciudadanía tome  conciencia  clara  del  repudio cívico y desprecio  personal que merecen los personajillos de tan escasa cintura  política y evidente carencia de criterios y principios, como se pone de manifiesto por sus conductas lesivas para el conjunto de la sociedad:  

No obstante, tampoco es para tanto- dicho sea con sarcástica ironía-, dado que, al fin y a la postre, sólo se trata de unos cuantos euritos, que, en cualquier caso, a las eléctricas y a los gestores públicos le resuelven la papeleta del pago de sustanciosos sueldos o sobres a sus asesores de postín. Además, y después de todo, qué más da que te joroben unos que otros o que lo hagan antes o después, si al final el ciudadano consumidor de electricidad y/o de cualesquiera otros productos de primera necesidad, terminará siendo jorobado.

Se trata sólo uno de los muchísimos ejemplos de casos, tramas, causas y operaciones de corrupción que se pusieron en marcha vía instrucción judicial en los últimos meses-años- y que asolaron el "bendito" suelo patrio español, no sólo desde el punto de vista económico sino también social y político. Y, como consecuencia, se ha generado un ambiente de desconfianza en las instituciones del Estado, en los partidos políticos y en el propio sistema democrático, hecho que fue aprovechado hábilmente y de manera oportunista por una gran parte de la ciudadanía descontenta, decepcionada e inquieta para organizarse en nuevas organizaciones político/partidistas o para pretextar actitudes de pasividad, indiferencia y falta de implicación o compromiso con los modelos de gestión, pasados o presentes, de la cosa pública.

Pero todos tranquilos, porque si no se puede pagar el recibo de la luz, pongamos por caso, siempre queda el recurso de cantar al unísono la canción popular gallega: Apaga o candil marica chús, chús. Apaga o candil que ten moita lus. Que ten moita lus moita claridá. Apaga o candil e non gastará. Realmente, visto de ese modo, no parece tan grave el que los exministros del Gobierno de Zapatero, Elena Salgado y Miguel Sebastián, le hayan regalado o condonado a las eléctricas 3.400 millones de euros, que éstas habían cobrado de más en concepto de costes de transición a la competencia. Huelga decir que lo que acaban de leer es el paradigma de una expresión sarcástica e irónica.
Después de lo apuntado, los angustiados contribuyentes españoles debieran de ser un poco más comprensivos y admitir como algo lógico que estas “pobres” empresas, que no empobrecidas, tenían que recibir esa exigua cantidad en concepto de compensación por los perjuicios resultantes de la liberalización del sector. Además, y en última instancia, a los ciudadanos que se sientan muy atribulados, agobiados e indignados siempre les queda el recurso del cancionero popular para aliviar sus penas con aquello de: Quien canta, los males espanta. Hay que sobreentender que se trata de un puro sarcasmo. 

En fin, que la gente es muy inconformista, aparte de protestar por todo y quejarse de vicio, no faltando quienes incluso digan que la actuación política de estos dos ex altos cargos socialistas formaba parte de las tramas de corrupción que contribuyeron a acentuar la crisis padecida  por  la  sociedad española. No es casual ni anecdótico que la Audiencia Nacional haya admitido a trámite la querella presentada por la asociación de consumidores Causa Común y elaborada por Ausbanc, por entender que hubo delito de prevaricación en comisión por omisión y de estafa. Es una parodia de la penosa realidad de la corrupción en el ámbito de algunas instituciones del Estado español.

Resulta sorprendente poder comprobar que la solución a uno de los grandes problemas que preocupan, inquietan y acucian a muchos ciudadanos, está en algo tan sencillo como apagar o candil. Porque, por la propia letra de la canción, se deduce fácilmente que el problema radica en un exceso de luz y de demasiada claridad. Salta a la vista, pues, que la solución está en no encender el candil. A propósito del subgénero literario empleado en este breve análisis/comentario político, es importante señalar que los socorridos recursos de la ironía y el sarcasmo añaden un notable valor al sentido del texto. El lector comprende, a buen seguro, que se está caricaturizando la solución a un problema real de consumo eléctrico que afecta a muchas familias españolas. 

La técnica literaria anteriormente citada,  propicia el que cuantos lean este tipo de reflexiones se paren a pensar unos momentos, aparte de ayudarles a mantener el interés y la variedad en la narración correspondiente. En definitiva, debe apuntarse que el acopio de estas figuras retóricas no presupone intención de ofensa ni mofa, sino más bien la de contribuir a reflexionar con una mayor profundidad sobre las actitudes y comportamientos de personas concretas, señalando, en ocasiones, sus contradicciones e incoherencias.

Y, por último, cabe subrayar que tanto en el campo de la literatura como en el del cine, hubo, a lo largo de la historia, relevantes personajes que recurrieron con frecuencia al sarcasmo, la ironía o la sátira para enfatizar sus escritos, palabras y/o actuaciones. Célebres fueron, por ejemplo, las sentenciosas y lapidarias frases pronunciadas por alguno de ellos, como la de Confucio: el silencio es el único amigo que no traiciona; la de Paul Lafitte: un tonto pobre siempre será un tonto y un tonto rico siempre será un rico; la de Oscar Wilde: un verdadero amigo te apuñala de frente; la de Mark Twain: no fui al funeral pero envié una carta diciendo que lo aprobaba. En este mismo sentido, deben ser mencionados Shakespeare, Jane Austen e incluso el propio Sherlock Holmes.


Breve reflexión ad hoc en clave de irónica parodia realizada por Antonio José Parafita Fraga, escritor y comentarista de temas sociales y políticos. Del Blog VERBO SUELTO del autor:


 

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